domingo, 18 de septiembre de 2011

la tribuna

Lectura pública en Granada

Javier López Gijón | Actualizado 14.09.2011 - 01:00
HA sido para casi todos una gran sorpresa la movilización ciudadana que se ha producido contra el cierre de la biblioteca de la plaza de las Palomas. No estamos acostumbrados a que la lectura pública y las bibliotecas tengan tal capacidad de movilizar a las personas, pero bienvenidas sean estas sorpresas tan agradables. El cierre de esta biblioteca carece totalmente de sentido si nos basamos en criterios técnicos¡. Veamos algunas razones que lo confirman. Granada tiene cinco bibliotecas municipales; si le sumamos la provincial son seis, que para una población de 240.000 habitantes da unos 40.000 habitantes por biblioteca. Los estándares europeos plantean que debe haber una biblioteca por cada 20.000 habitantes, por tanto Granada debería tener doce bibliotecas y no las seis con las que cuenta.

Una de las justificaciones para el cierre ha sido que al abrir la biblioteca Francisco Ayala ya no se necesita la de la plaza de las Palomas. Este razonamiento no es lógico pues según los estándares para una población como la del Zaidín, unos 45.000 habitantes, este barrio debería contar con dos bibliotecas. Por tanto, la biblioteca Francisco Ayala vendría a cubrir el déficit que tenía el barrio. El concejal de Cultura también ha planteado que al estar mejor dotada la biblioteca Francisco Ayala que la de la plaza de las Palomas, esta ya no tiene sentido. Lo que no dice el concejal cierra bibliotecas es que Ayala tiene unos 24.000 documentos en la colección, y según los estándares hay que tener dos documentos por habitante, luego esta biblioteca puede servir a unas 12.000 personas. Para servir a las 20.000 personas que le corresponden debería tener unos 16.000 documentos más. Solo hay que ver la gran cantidad de estanterías que la biblioteca tiene vacías para hacernos una idea de la falta de documentos que tiene.

Otra razón que se ha dicho para el cierre es la cercanía entre la biblioteca Francisco Ayala y la de la plaza de las Palomas. La distancia entre ambas es algo más de un kilómetro. Entre la biblioteca del Salón y la Francisco Ayala hay algo menos de un kilómetro. Sin embargo nadie ha planteado que al estar la biblioteca del Salón tan cerca de la Francisco Ayala se debería cerrar también la biblioteca de los jardines del Salón. Si tuviéramos en cuenta la cercanía antes habría que cerrar esta, que está más cerca de la Ayala, que la de la plaza de las Palomas. Vistos estos indicadores está claro que la próxima apertura de una biblioteca en la zona del Beiro no justifica, bajo ningún concepto, el cierre de la biblioteca de las Palomas. La del Beiro, cuando se abra, vendrá a ser una biblioteca más para paliar el gran déficit que tiene Granada.

Como vemos nuestra ciudad, además de tener la mitad de las bibliotecas que debía de tener, también tiene una gran escasez de documentos en las colecciones, en función de los habitantes de Granada. Esto hace que el número de préstamos que realizan estas bibliotecas esté muy por debajo de la media española. En España las bibliotecas públicas prestan 1,3 volúmenes por habitante al año, las de Granada prestan 0,5 volúmenes. Como vemos, en España se lee más del doble que en Granada. Nuestra ciudad está en lectura pública a la cola de España, y si tenemos en cuenta que España está a la cola de Europa, podemos hacernos una idea de la situación en la que nos encontramos.Lo que llevamos visto viene a probarnos el poco interés que por la lectura pública tiene el Ayuntamiento de Granada. El sistema de lectura pública en nuestra ciudad es claramente tercermundista y está muy alejado de los estándares europeos. Si tomamos todo esto como un indicador podemos decir que Granada es una de las ciudades españolas con menos capital humano, y si lo hacemos con ciudades europeas es mejor ni comparar, pues están en otra galaxia. Con esta situación (que habría que confirmar con otros indicadores) Granada está fuera de lo que llamamos sociedad del Conocimiento, y tampoco está en condiciones de pasar del actual modelo productivo a un nuevo modelo basado en la información y el conocimiento, pues tenemos una de las poblaciones más pobres en lo que se llama capital cultural. Sin duda la mejora de este capital cultural y en general de la formación de los ciudadanos de Granada debería ser uno de los objetivos claves y estratégicos de esta ciudad. Pero no parece que el Ayuntamiento comprenda esta situación, ni tampoco parece que quiera darse por enterado.

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